martes, 23 de junio de 2020

Somos ecosistema ¡deprédennos!


Somos ecosistema ¡deprédennos!

El arte y la cultura pensados en función del turismo es un enfoque equivocado. El arte debe pensarse en su función principal que es la estética. La cultura debe pensarse en su función principal que es social, que es la identidad, la memoria y la expresión viva de los pueblos. La industria del turismo sólo piensa en la explotación que del arte y la cultura pueda aprovechar y desecha lo que no puede explotar. 

Venecia - Una joya en oferta | DW Documental - 2018 muestra la afectación ciudadana producto del turismo.

Esta visión naranja de un conglomerado industrial cultural y creativo rigiendo los destinos de qué "producen" los artistas o qué expresión cultural es "más productiva" y por lo tanto hay que invertir en eso que "produce" es la misma que ve al arte y la cultura como un "sector" y no como una realidad social, cultural, estética. No les entra por ningún lado la idea del oxímoron "patrimonio inmaterial" si no hay garantía de especulación en éste. Esta visión busca homogenizar todas las expresiones al mercado turístico y lo que se salga de ese formato, pues que deje de existir porque no sirve. 

Bayer y las abejas | DW Documental. 2020. Pesticidas de Bayer que usa la agroindustria extingue a las abejas.

Ahora manejan el eufemismo "ecosistema cultural". Concepto peligroso si vemos, por ejemplo, lo que hace la agroindustria con las abejas: si eres industrial y no vendes miel, no te importan las abejas y usas pesticidas que las mata, sin importarte tampoco que al morir las abejas, todo lo demás comienza a morir. 

Así, nos quieren hacer creer que somo "ecosistema". Débil palabra que frente a la poderosa idea de "industria" nos hace propicios a ser depredados. La historia nos ha demostrado que la industria depreda los ecosistemas porque los ve como "recursos". Los explota hasta agotarlos y si tiene la idea de hacer esos recursos "sustentables" no significa que el resto de los seres que habitan el "ecosistema" y que no son explotables, es decir, no son recursos y por lo tanto, desechables. Y no importa su pérdida colateral, como con las abejas.

Una vez fui a un pueblo que se llama "El Guamal". Estaba feliz porque iba a volver a comer guama, una fruta que hace rato no veía porque no tiene mercado, no es un "producto". Lo triste es que toda la guama había desaparecido del pueblo que se llamaba así por obvias razones. Ahora todo estaba lleno de palma de aceite. 

La industria del turismo desprecia al arte y la cultura que no le producen dinero. Y el peligro aumenta ahora que hay una política de gobierno que actúa como pesticida, una especie de agente naranja que ve como maleza todo lo que no sea "productivo".

A estas alturas quienes hemos expuesto esta visión crítica no dudamos que la economía naranja es un invento de un banco para tomar la economía creativa y cultural como pretexto y así ampliar el mercado bursátil: cupos de endeudamiento, bonos estatales, todo un festín.

La realidad es que la economía naranja en Colombia no ha fomentado ni las empresas ni la industria cultural. Se han gastado una gran cantidad de dinero en "formación" con "capacitaciones" inútiles en estos tiempos de pandemia, que no salen de los pseudoconceptos de "innovación" "emprendimiento" "autosostenibilidad" "reinventarse" y otras por el estilo.

Y a estos pseudoconceptos les sumamos los que ya vienen campeando desde hace tiempo: "gestor", "productor" o "creador" en lugar de artista. "Producto" en lugar de obra de arte. ¿Vamos a aceptar sin resistencia este paradigma, estos conceptos que nos quieren imponer desde la oficialidad?

Aceptar que ellos nos digan que somos "ecosistema cultural" sin detenernos a pensar lo que esto implica es decir inocentemente a la industria: "¡Ven, deprédanos!"

Ahora no hay turismo. Y durante un prolongado tiempo no habrá. ¿Qué debe hacer entonces este sector para sobrevivir? ¿Depredar los pocos recursos que pueda tener el Estado para la promoción y el fomento a la cultura, el estímulo a las artes? El afán de este barril sin fondo de apoderarse del patrimonio material y su especulación inmobiliaria parece ahora moverse hacia la cultura, a seguir con la manipulación y la mentira de que es el turismo lo que debe mover las artes y la cultura en Cartagena.

William Hurtado Gómez
Cartagena, junio de 2020

No hay comentarios:

Publicar un comentario